La Ciudad

- Eso depende totalmente de tí, Alex. - le sonreí amablemente, mientras pensaba en otra cosas.

*Se encogió de hombros y se estiro bostezando*

- Si tu lo dicees, intentaré que todo siga asi

*Me quedé pensando, igual que antes, en nada concreto, si no que pensaba en pequeñas cosas que se me venían a la mente.*
- Me aburre la monotomía. - dije de la nada.

*Se quedo viendo la nada* - Pues habrá que dejar atrás la monotonía y hacer cosas nuevas.

- No se me ocurre nada, no soy buena pensando ideas. - y era cierto, siempre daba las peores y mas aburridas ideas cuando había que no-aburrirse.

*Sonríe*

- Pues yo tengo una idea, pero tenemos que esperar a que amanezca

- ¿Cuál? - quise saber curiosa. Me estaba intrigando.

- Ya te vas a enterar cuando sea el momento (?) *cierra los ojos y se acomoda como para dormir*

- No, no, no, ahora me lo dices. No me vas a dejar intrigada, Alex, dime. - le sacudí tomándolo de los hombros.

*La toma por los hombros parandola*
- Tranquilaaaaaaaaaa, respira hondo, duerme un rato y cuando se haga de dia te vas a enterar

- No quiero respirar, dime. Ahora. Quiero saber - me puse en el rol de una niñita caprichosa.

- Ahora no debes saberlo, es una sorpresa

- Entonces ni hubieses tocado el tema. - resoplé y cerré los ojos y me apoyé en el respaldo del sofá. - Alex...

*Se quedo viendo el techo*

- Que.

- Que me digaaaaas..

*Se quedo viendola fijamente*
- Ya te dije que noooooo, vas a tener que esperar

- Haces que me enoje fácilmente, pero aún no cambio de parecer contigo. - le sonreí a la fuerza, pero en el fondo, sabía que quería sonreir. - Pues, hasta mañana se ha dicho. - me pegué a el y cerré los ojos lentamente hasta ver todo negro.

*Se rie un poco y le besa la frente, apoyando su cabeza encima de la suya y rodeandola con un brazo*

- Buenas noches, descansa.

Me desperté, no sabía cuánto había dormido, si mucho o poco, pero a decir verdad, no estaba cansada, tal vez era por la ansiedad de 'esa' sorpresa.

*Me despierto y me estiro*

- Buenosssss dias

Bostezé.
- Buenas. - le miré detalladamente, tenía una ojeras mas grandes que una casa, ¿habría dormido tan poco como para que tuviera semejantes ojeras? Me sorprendí y me le quedé mirando.

- ¿Porqué me miras tanto? *me reí mientras me levantaba*

- Averígualo tú mismo. - busqué mi pequeño espejito, el cual usaba para maquillarme y que siempre llevaba en la cartera. Lo encontré y se lo puse en frente de su cara. Me reí.

*Me miré en el espejo y se lo devolví*
- ¿Por las ojeras? tengo las mismas que tu, no, lo mío se nota menos *me río*

- ¿Qué? - abrí los ojos como platos, y le saqué rapidamente el espejo de las manos y me reflejé en el. - ¡Estoy hecha un asco!